¿Las nuevas cepas del coronavirus son más peligrosas ? , la respuesta puede ser sencilla, se debe principalmente a que su nivel de propagación no es tan grande, no se contagia tan fácilmente, aunque las dos se pueden evitar básicamente de la misma manera. Además, el SARS-COV2 , al ser tan nuevo, no se ha terminado de estudiar, por lo tanto cualquier cambio en su morfología genera dudas y preocupación, ya que como hemos visto este virus es capaz de colapsar hasta los mejores servicios de salud en el mundo.
Hasta el momento, se han determinado, según el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) cinco variantes de la COVID-19, que se encuentran presente en los Estados Unidos de América.
¿Qué es una variante y cómo se forma?
Una variante es un cambio en la morfología del virus que se puede estudiar a través del genoma y que puede significar cambios en sus características patogénicas. Los científicos monitorean constantemente estas variantes en busca de cambios importantes que puedan significar un aumento de la morbi-mortalidad causada o en su propagación.
Estas variantes se forman de manera natural, mientras se propaga de una persona a otra, muchos de estos cambios no generan ninguna alteración importante en la forma en la que se manifiesta la enfermedad ni en su propagación, sin embargo, puede ocurrir lo contrario y es por esto por lo cual los científicos no dejan de monitorear el virus.
¿Cuántos tipos de variantes existen?
El CDC clasifica las variantes en tres tipos principales:
– Variantes de interés: para ser considerada como tal debe haber marcadores genéticos que puedan suponer cambios en la transmisión, diagnóstico o tratamiento y evidencia que asegure un aumento de casos o grupo de brotes particulares.
– Variantes de preocupación: en este caso ya no son variantes que hagan suponer cambios significativos, sino que se tiene evidencia de que produce una enfermedad más grave, un aumento de la transmisibilidad, una disminución del poder del sistema inmunitario para detenerla o combatirla e igual de las vacunas y tratamientos.
– Variantes de gran consecuencia: como su nombre lo indica, esta es la variante más grave, la que no se desea que llegue, afortunadamente no existen variantes de este tipo para SARS-COV2, con ellas la gran cantidad de tratamientos, diagnósticos, vacunas, medidas de prevención aprobados y recomendados no funcionan y genera una enfermedad que proporciona más hospitalizaciones y más muertes.
¿Cuáles son las nuevas variantes del SARS-COV2?
Las nuevas variantes encontradas y estudiadas por el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades en los Estados Unidos son de tipo “variante de preocupación” y son:
- 1.1.7: se detectó inicialmente en el Reino Unido y se encuentra en gran medida por U.S.A, se predice que a partir de abril sea la variante más numerosa en el país. Se ha establecido de ella que su transmisibilidad es mayor e igual su índice de mortalidad.
- 1.37: se detectó inicialmente en Sudáfrica en diciembre del 2020, la preocupación más importante con esta variante es que el virus tiene la capacidad de eludir el efecto de algunos anticuerpo que se generan gracias a las vacunas.
- 1: se detectó por primera vez en Brasil en la ciudad de Manaos en 2021, en este caso la preocupación radica en la reinfección de los pacientes, es decir, los anticuerpo generados por el paciente tras la infección no les sirven del todo para combatir esta nueva variante.
- 1.526 y B.1.427/29: fueron detectadas por primera vez en U.S.A, en la ciudad de Nueva York y en California respectivamente, actualmente se encuentran en estudios para determinar mejor sus implicaciones.
¿Las vacunas funcionan para estas variantes?
Es una pregunta muy importante, la cual hay que tener en consideración, sin embargo, afortunadamente la respuesta es que sí sirven, los anticuerpos generados por todas las vacunas aprobadas reconocen estas variantes.