Para mantener un rostro sano no sólo se necesita una alimentación sana y ejercicio sino también vitaminas necesarias para su conservación.
La composición de la piel está formada por dos capas, la externa es la epidermis, que consta de cuatro estratos (córneo, lúcido, granuloso y germinal). También, la interna dermis, en ella están presentes estructuras como las glándulas sudoríparas, los folículos pilosos, fibras nerviosas y demás tejido conectivo.
Existen miles de productos de diferentes clases y fórmulas para el rostro en particular, es importante lo natural y simple como son las vitaminas.
Entre las vitaminas para tener un rostro sano tenemos:
los diferentes tipos de retinoides como el retinol o retinaldehído tienen efectos maravillosos en el cutis, porque estimula la renovación de la piel y actúa como coadyuvante en la formación del colágeno, importante proteína estructural de la piel, la cual le proporciona elasticidad, previniendo la aparición de arrugas.
También la vitamina A, minimiza la inflamación, mejorando el acné y la rosácea.
Es un potente antioxidante porque protege a las células de los daños provocados por los radicales libres, obtenidos del proceso de oxidación, producto de contaminantes y radiaciones. Esto lo hace un extraordinario producto antiedad porque protege del envejecimiento celular prematuro.
El daño provocado por los radicales libres produce que la piel sea flácida, lo que causa aparición de arrugas y su proceso de cicatrización es lento.
Además, también hace parte de la síntesis del colágeno lo que proporciona los beneficios antes mencionados.
Comparte funciones de la vitamina C, en cuanto a su poder antioxidante y de su función en la síntesis del colágeno y del tejido conectivo.
Entre sus beneficios se pueden contar, la disminución de la profundidad de la arrugas, mejora la tersura de la piel y mantiene hidratado el último estrato de la epidermis, lo que la hace una de las mejores vitaminas utilizada en los productos faciales para individuos de la tercera edad.
Se ha utilizado más con fines médicos que estéticos, pero en la actualidad se han observado sus beneficios en el combate de ojeras, de venitas y celulitis, porque mejora la circulación hacia la piel.
Es ideal para tratamientos de piel grasa, porque tiene un efecto en la regulación de las glándulas sebáceas disminuyendo la producción de grasa.
Existen minerales que también poseen beneficios para el cutis, como el zinc, selenio y cobre, son antioxidantes, protegen la piel contra la acción de los rayos ultravioletas, mejoran la cicatrización y mantienen la piel tersa.
A pesar de todo lo bueno que nos proporcionan las vitaminas y minerales, no hay que excederse, ya que algunos tienen efectos no tan beneficiosos.
Hay que tener en cuenta las necesidades individuales, porque hay muchos tipos de productos y por ello se deben asesorar con especialistas, ellos están al tanto de lo que necesitas y te pueden orientar mejor que nadie para tener un rostro sano.
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